Por estos días el teléfono de la Academia Tolimense de Fútbol no deja de repicar ni un solo minuto. Todos en Ibagué (Tolima) preguntan por un cupo para ingresar a esta humilde escuela donde se formó el actual goleado del Mundial de Brasil, James David Rodríguez, el joven de 22 años que marcó seis goles en cinco partidos y que igualó el récord de anotaciones de Pelé en su primera Copa Mundo. Atrás quedaron super estrellas como Maradona y Johan Cruyff, que marcaron dos goles en su primer torneo Fifa de mayores.
La rapidez con que ha roto marcas históricas parece ser un signo en su carrera deportiva. En ocho años como profesional ha ganado igual número de títulos, siete de ellos con el Porto de Portugal y uno con el Banfield de Argentina. Además, fue reconocido como el mejor jugador del Mundial 2014 en primera ronda y es el goleador histórico del país en copas del mundo, superando a Bernardo Redín y Adolfo ‘el Tren’ Valencia, que habían marcado dos goles cada uno.
James Rodríguez nació en Cúcuta (12 de julio de 1991), pero su infancia trascurrió en Ibagué, ciudad a la que llegó cuando tenía cinco años, acompañado de su madre Pilar Rubio y su padrastro Juan Carlos Restrepo. En principio intentaron inscribirlo en la escuela del Club Campestre, pero allí solo recibían hijos de socios, por lo que les recomendaron que lo matricularan en la Academia Tolimense de Fútbol, ubicada en el populoso barrio ‘El Jordán’, a dos cuadras de la cancha de arenilla en la que plantaría sus sueños.
“Pilar y Juan Carlos llegaron a nuestra escuela y lo inscribieron. Desde el primer día James mostró su talento en el medio campo, hacía pases precisos, cambios de frente, tenía rapidez mental y además marcaba goles”, recuerda el profesor Armando Yull Brinner Calderón Salazar, fundador de la escuela y uno de los maestros de James hasta los 13 años de edad.
Desde su llegada a la escuela –cuenta Calderón Salazar– James tuvo claro que quería ser profesional, ganar torneos, vestir la camiseta de la Selección Colombia y jugar un Mundial. Para su entrenador, el mediocampista nació con un talento innato, heredado de su papá, Wilson James Rodríguez, un volante mixto que jugó en varios clubes colombianos (DIM, Cúcuta y Tolima) e integró la Selección Colombia Juvenil con el técnico Luis Alfonso Marroquín.
“A James hubo que corregirle poco. Tuvimos que trabajarle algo en su forma de perfilarse hacia el gol, y su madre tuvo que esforzarse mucho para que el muchacho rindiera en el colegio”, comenta Calderón Salazar.
Para el fundador de Academia Tolimense, el éxito de James se debe a la confianza que siempre se ha tenido, a su disciplina y a que tuvo en su familia un respaldo total para lograr su sueño. “La familia siempre estuvo ahí, nunca le faltó nada, ni estudio, ni salud, ni el dinero para viajar por medio país con la escuela a foguearse en todos los torneos”, resalta el profesor Calderón.